El tiempo recobrado
He terminado de leer la novela titulada “El tiempo recobrado”
del genial escritor Marcel Proust. Es el tomo 7 de su colección “En busca del
tiempo perdido”. La novela narra que ya se casaron Roberto Saint-Loup con
Gilberta Swann. Tienen una hija. Mientras tanto, el Baron de Charlus se
divierte con varios jóvenes que lo flagelan en un hotel, le tiran latigazos con
látigos que tienen clavos en la punta. Era sadomasoquista el Baron de Charlus,
y le gustaban los hombres. El que administraba el hotel era su criado Jupien.
El narrador Marcel, explica que Saint-Loup seguía viéndose con Charlie Morel,
el violinista, lo amaba, le daba dinero. Y sufría con su mujer Gilberta porque
no la amaba del todo. El narrador Marcel cuenta que una vez fue a ese hotel a
hospedarse por una noche porque sospechaba allí se hospedaban espías del
exterior y quería averiguar si era cierto. No encontró éso pero sí encontró al
Baron de Charlus recibiendo latigazos de hombres jóvenes, con grilletes en
manos y pies. Jupien, que había sido criado de su casa, le cuenta él le ayuda a
pasar feliz los últimos años de su vida al Baron de Charlus. Le consigue
jóvenes también. El hotel era propiedad de un joven, que no quería se enteraran
de lo que se hacía allí. Pero el que paraba allí administrando era Jupien. La
sobrina de Jupien se casó con el duque de Guermantes, porque había muerto su
esposa. A ella le llamaban Madame Verdurin, pero ahora era duquesa de
Guermantes. La guerra había empezado, luchaban Francia contra Alemania. Venían
los bombardeos de los alemanes sobre Francia. Esa vez que el narrador Marcel
encontró al Baron de Charlus en el hotel, se escondió, y luego que se fue el
baron, y Jupien le contó lo que hacía, cayó una bomba al costado del hotel.
Será porque esto es Sodoma, decía la gente del hotel. Roberto de Saint-Loup
viene de la guerra a veces a visitar a sus amigos y familia. Pierde su cruz de
madera del uniforme militar y va a buscarla en la casa de Marcel. Pero no la
encuentran. Al poco tiempo, Roberto de Saint-Loup muere en una batalla, en
retirada, cuidando a sus hombres. Otras personas le dicen al narrador Marcel
que Saint-Loup se dejó matar para alejarse de su esposa Gilberta. Gilberta lo
llora a Roberto delante de Marcel. Marcel asiste al entierro. Marcel sospechaba
el telegrama que recibió de Albertina, era de Gilberta. Cuando termina la
guerra, los duques de Guermantes organizan una fiesta en su casa. Han pasado 30
años desde que Marcel empezó a entrar en sociedad con la nobleza. Asiste a la
fiesta, y ve viejos a todos. Ve a cada uno, hombres y mujeres, la princesa de
Guermantes que le gustaba, seguía siendo bonita pero ya era vieja. Encuentra a
su amigo Bloch, ya de cincuenta años como él. Con la nariz roja y algo
rechoncho. Le cuesta distinguir a varias personas y reflexiona cómo el paso del
tiempo afecta a las personas. La duquesa de Guermantes había invitado a la
actriz Raquel, la ex amante de Roberto de Saint-Loup para que recitase poesía
en su casa, en su fiesta. Y recita poesía Raquel. La felicitan. Por su parte,
la actriz, La Berma, ya era vieja, y había invitado a varias personas a su casa
pero solo fue un joven. Entonces la hija y el hijo de la Berma se visten bien y
van a casa de los duques de Guermantes, dicen al llegar que quieren escuchar la
declamación de poesía de la actriz Raquel. Pero Raque les manda decir con los
criados que ya terminó la declamación. Quieren pasar a dar la mano y
felicitarla. Entonces Raquel acepta, aunque sabe los otros quieren humillarla,
entonces en voz alta les da la bienvenida y les dice cosas que los pondrían en
aprietos si le hacen escándalo a ella. No hacen problemas, la saludan y se van.
Marcel es saludado por una señora rechoncha que lo saluda afectuosamente. No la
reconoce pero luego se da cuenta es Gilberta. Ella le dice, seguro la confunde
con su mamá. Le cuenta su hija ya ha crecido. Es señorita. La trae y se la
presenta. Marcel empieza a comparar el perfil de la hija con el perfil de
Gilberta y el de sus padres. Marcel escribía artículos para algunas
publicaciones de la época. Odette, la madame Swann, lo encuentra y le dice si
hubiese sabido iba a ser tan buen escritor le hubiera contado muchas historias
de ella. Le cuenta que de joven ella tuvo amores con un joven que se fue a
América, luego conoció a otro señores parisinos y se quedó acá. Se lo dice para
que lo utilice para sus novelas. Ella se conservaba muy bien físicamente. La
duquesa de Guermantes, ex madame Verdurin, le dice cómo fue posible que
Gilberta asistiera a la declamación de poesía de Raquel que había sido amante
de Saint-Loup. Le dice que Gilberta nunca lo quiso a Saint-Loup. Pero luego, la
misma duquesa de Guermantes y Gilberta deciden llevarlo a Marcel a conocer a
Albertina. Marcel dicen está bien conservado, pero él siente debilidad en sus
miembros. Van en un carruaje y llegan a Combray, a una casa. Y tocan la
campanilla. Marcel espera si saldrá Albertina. Al escuchar la campanilla
recuerda los momentos de su juventud cuando el Sr. Swann los visitó a sus
padres en Combray y él era niño. Allí termina la novela. Mientras esperan en la
puerta. Para los que hayan leído a Marcel Proust, les gustará la novela. Tiene
el mismo estilo de siempre. Esta es una de las obras cumbres de la Literatura
Mundial.
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