viernes, 23 de febrero de 2018


Yo, El Supremo

He terminado de leer una novela titulada “Yo, El Supremo”, del escritor Augusto Roa Bastos, paraguayo. La novela es la narración del dictador del Paraguay de los años 1811 a 1826, esos años. Paraguay se convirtió en el primer país de América del Sur en ser independiente de España. Pero tuvo un gobierno militar y Bolívar quería liberarlos de ese tirano, luchar contra él, pero no llegó a suceder. La novela empieza con un pasquín que alguien ha colgado en la puerta de la Catedral. Según lo que dice el pasquín: Yo el Supremo Dictador de la República, ordeno al acaecer mi muerte mi cadáver sea decapitado, la cabeza puesta en una pica por tres días en la Plaza de la República donde le convocará al pueblo al son de las campanas echadas al vuelo. Y sigue. Encontraron ese pasquín en la madrugada y se lo llevaron al Supremo. Este ordena encuentren al culpable de haber escrito ese pasquín, encierran a varios sospechosos, a todos los escribanos. La novela narra las peripecias de este dictador apodado El Supremo durante su dictadura en Paraguay. El decía el país gozaba de paz en su gobierno, claro porque él mandaba matar a cualquier que se sublevara. El Supremo consigue una calavera de un indio dicen, y la guarda para poner allí una vela y alumbrar su escritorio. Como había un Virreynato del Reyno de la Plata, querían juntar al Paraguay con la  Argentina para que formara parte de esta. El Supremo se niega. Vienen de Gran Bretaña al Paraguay dos biólogos Robertson a investigar de las plantas en Paraguay y el Supremo los recibe bien. Pero luego de varios años los bota al exterior. En ese lapso de tiempo, ellos investigan en varias plantas. Paraguay tiene riqueza en flora y fauna. Bonpland era un extranjero que llega al Paraguay pero El Supremo lo recibe bien pero le prohíbe salir del país. Bolívar le escribe una carta al Supremo pidiéndole le deje salir, pero El Supremo no le contesta. A Robertson le encarga sea su representante comercial ante Gran Bretaña y viaje allá con su hermano para que hablen con los reyes y reconozcan como país al Paraguay. Le envía tabaco y varios productos propios de Paraguay. Los Robertson se fueron a Inglaterra y no volvieron, escribieron un libro sobre sus aventuras en el Paraguay. El Supremo tenía un asistente que lo cuidaba, le traía los alimentos, los probaba primero, y le era fiel. Pero luego se entera que este asistente que era un negro llamado Pilar, está robando telas y productos del Almacén del Estado Paraguayo. También está cobrando coimas por hacer negocios en Paraguay. Entonces lo manda matar. La novela les va a mostrar todo lo que piensa un dictador. No logran encontrar al autor del pasquín que pusieron en la Catedral. Casi toda la novela es monólogo del Supremo, pero por partes pone conversaciones con sus empleados. Está basada en hechos históricos del Paraguay. En sus narraciones del Supremo, le pone nombres de la mitología griega a personas que describe. A uno lo llama Caronte por ejemplo. Lo que podrán aprender es que Paraguay es un país con grandes recursos naturales. En una parte El Supremo narra que anteriormente llegó a Paraguay un barco español con ropa fina de España con destino al Virreynato del Perú, pero se quedó en Paraguay. Y por varios años estuvieron los comerciantes de esa zona vendiendo ropa de lujo española en los mercados. El Supremo admiraba a Don José de San Martín porque había nacido en Yapeyú, zona paraguaya, cuando pertenecía al Paraguay. También narra cómo tuvo enviados del Brasil, que le trajeron 100 caballos árabes de regalo para que se unieran al Brasil en luchas. Entonces El Supremo mandó que pusieran los 100 caballos árabes en las peores zonas de pastos y no los alimentaran. Al cabo de un tiempo, solo quedaron los cadáveres de los caballos. Dice El Supremo que era un soborno para que Paraguay se anexara al Brasil. La novela narra varias historias del Paraguay de esa época, con hechos históricos. Los que se animen la pueden comprar. Encontrarán cultura general de Roa Bastos en la escritura de la novela.