lunes, 12 de agosto de 2019


La Llaga

He terminado de leer la novela titulada “La Llaga” del escritor paraguayo Gabriel Casaccia. Es una novela que narra la historia de Constancia, una viuda y de su hijo Atilio, que quiere poner una ladrillera con un socio. El esposo de Constancia se suicidó hace dos años y les dejó dinero, pero Constancia es amante de Gilberto, un pintor, y le da parte del dinero a él. Gilberto es casado con Rosalía, una mujer que le ha dado cinco hijos. Gilberto es feliz como pintor, no tiene dinero pero es amante de Constancia. Se ven en un lugar alejado, y nadie sospecha que allí es donde se encuentran sus eventos amatorios. Constancia piensa en fugarse con Gilberto a otro país si es necesario para ser felices juntos, pero Gilberto le dice que pobre Rosalía, cómo la va a dejar con cinco hijos por criar. Atilio ya es joven, y un amigo le ha dicho puede invertir en su ladrillera como socio. A Atilio le parece un buen negocio pero necesita dinero. Le pide dinero a su mamá y ella le dice le ha dado su dinero a una usurera Adelina, que vive en Asunción porque la historia de estos personajes transcurre en Areguá. Atilio viaja a Asunción, y va a visitar a Adelina. Constancia la había llamado por teléfono y le había dado instrucciones sobre lo que debía decirle a su hijo. Así que Adelina le dice a Atilio que ella emplea el dinero para préstamos y no le puede dar el dinero, además parte lo tiene la misma Constancia. Atilio tiene el Complejo de Edipo por su madre. Es decir, la ama y siente deseo por ella. La confundía en la calle a su madre con otras mujeres. Ahora que está en Asunción, va a casa de una costurera llamada Cipriana, que se prostituía y trabajaba como costurera también. Ella tenía un hijo jovencito. En Areguá, en casa de Gilberto, este ocultaba a un coronel Balbuena que pretendía dar un golpe de Estado en Paraguay, en su casa. Un día Atilio había escuchado que Gilberto le decía a este señor Mi Coronel. A él le habían metido el cuento que era un primo de Gilberto del interior del país. Constancia le había contado entonces a Atilio que Gilberto ocultaba al coronel que quería dar un golpe de Estado. Atilio pensaba en todo eso. Conversa con Cipriana, le gusta, tiene parecido con su madre que se tiñe de rubia. Ella maneja una máquina de coser a pedal. El le promete le regalará una máquina eléctrica. Se queda a dormir en casa de Cipriana el Atilio. Al día siguiente ella se fue a la iglesia, y Atilio fue a la calle, habló por un teléfono público diciendo que el coronel Balbuena estaba oculto en la casa de Gilberto en Areguá. Luego se regresa a Areguá. Al llegar le cuenta a su mamá que ha hecho esa llamada. Ella le dice que tiene que avisarle a Gilberto y al coronel para que se fugue. Sale Constancia y Atilio se queda pensando en todo eso. Constancia les cuenta su hijo Atilio ha llamado a la policía y ha dicho la ubicación de donde está el coronel Balbuena, buscado por el gobierno. El coronel Balbuena dice que seguro le han dado plata, como habían prometido. Constancia le dice que no, que es por la cabeza volada de su hijo. El coronel Balbuena se fuga. Vienen los policías y la hacen confesar a Rosalía  que no sabía mentir. Arrestan y le pegan a Gilberto por ocultar al coronel Balbuena. Se lo llevan preso. Constancia le dice a Rosalía que irá a Asunción a buscar a Adelina, ella tiene amigos importantes y puede lograr no lo metan preso a Gilberto. Constancia se va a Asunción. Allí habla con Adelina y le pide ayuda para que no lo metan preso a Gilberto. Esta le promete hará todo lo posible. Luego se regresa y Rosalía con ella preparan un maletín prestado de Atilio con ropa y enseres personales de Gilberto. Rosalía se lo lleva a donde lo tienen arrestado. Encuentra que lo han golpeado en la cara y el cuerpo. Juntos recuerdan viejos tiempos en que eran felices, cuando a él le ofrecieron ser profesor universitario de pintura. Gilberto le dice a Rosalía que mejor se vaya donde sus padres de ella, que tenían plata. Que lo olvide a él. Ella le dice que no. No están seguros adonde lo enviarán. Se despiden. Al día siguiente, Atilio va a buscar a la policía donde se encuentra Gilberto. No saben nada de él pero alguien le explica lo han enviado hacia Argentina. Atilio se queda pensativo en qué va a pasar con Gilberto. Piensa que le gustaría casarse con Cipriana y comprarle su máquina de coser eléctrica. Había llevado su revólver a la calle. Piensa si debe matarse como hizo su padre. Era de noche y varios recuerdos se pone a recordar. No les puedo contar más. Lean la novela.