La Llaga
He terminado de leer
la novela titulada “La Llaga” del escritor paraguayo Gabriel Casaccia. Es una
novela que narra la historia de Constancia, una viuda y de su hijo Atilio, que
quiere poner una ladrillera con un socio. El esposo de Constancia se suicidó
hace dos años y les dejó dinero, pero Constancia es amante de Gilberto, un
pintor, y le da parte del dinero a él. Gilberto es casado con Rosalía, una
mujer que le ha dado cinco hijos. Gilberto es feliz como pintor, no tiene
dinero pero es amante de Constancia. Se ven en un lugar alejado, y nadie
sospecha que allí es donde se encuentran sus eventos amatorios. Constancia
piensa en fugarse con Gilberto a otro país si es necesario para ser felices
juntos, pero Gilberto le dice que pobre Rosalía, cómo la va a dejar con cinco
hijos por criar. Atilio ya es joven, y un amigo le ha dicho puede invertir en
su ladrillera como socio. A Atilio le parece un buen negocio pero necesita
dinero. Le pide dinero a su mamá y ella le dice le ha dado su dinero a una
usurera Adelina, que vive en Asunción porque la historia de estos personajes
transcurre en Areguá. Atilio viaja a Asunción, y va a visitar a Adelina.
Constancia la había llamado por teléfono y le había dado instrucciones sobre lo
que debía decirle a su hijo. Así que Adelina le dice a Atilio que ella emplea
el dinero para préstamos y no le puede dar el dinero, además parte lo tiene la
misma Constancia. Atilio tiene el Complejo de Edipo por su madre. Es decir, la
ama y siente deseo por ella. La confundía en la calle a su madre con otras
mujeres. Ahora que está en Asunción, va a casa de una costurera llamada
Cipriana, que se prostituía y trabajaba como costurera también. Ella tenía un
hijo jovencito. En Areguá, en casa de Gilberto, este ocultaba a un coronel
Balbuena que pretendía dar un golpe de Estado en Paraguay, en su casa. Un día
Atilio había escuchado que Gilberto le decía a este señor Mi Coronel. A él le
habían metido el cuento que era un primo de Gilberto del interior del país.
Constancia le había contado entonces a Atilio que Gilberto ocultaba al coronel
que quería dar un golpe de Estado. Atilio pensaba en todo eso. Conversa con
Cipriana, le gusta, tiene parecido con su madre que se tiñe de rubia. Ella
maneja una máquina de coser a pedal. El le promete le regalará una máquina
eléctrica. Se queda a dormir en casa de Cipriana el Atilio. Al día siguiente
ella se fue a la iglesia, y Atilio fue a la calle, habló por un teléfono
público diciendo que el coronel Balbuena estaba oculto en la casa de Gilberto
en Areguá. Luego se regresa a Areguá. Al llegar le cuenta a su mamá que ha
hecho esa llamada. Ella le dice que tiene que avisarle a Gilberto y al coronel
para que se fugue. Sale Constancia y Atilio se queda pensando en todo eso.
Constancia les cuenta su hijo Atilio ha llamado a la policía y ha dicho la
ubicación de donde está el coronel Balbuena, buscado por el gobierno. El
coronel Balbuena dice que seguro le han dado plata, como habían prometido.
Constancia le dice que no, que es por la cabeza volada de su hijo. El coronel
Balbuena se fuga. Vienen los policías y la hacen confesar a Rosalía que no sabía mentir. Arrestan y le pegan a
Gilberto por ocultar al coronel Balbuena. Se lo llevan preso. Constancia le
dice a Rosalía que irá a Asunción a buscar a Adelina, ella tiene amigos
importantes y puede lograr no lo metan preso a Gilberto. Constancia se va a
Asunción. Allí habla con Adelina y le pide ayuda para que no lo metan preso a
Gilberto. Esta le promete hará todo lo posible. Luego se regresa y Rosalía con
ella preparan un maletín prestado de Atilio con ropa y enseres personales de
Gilberto. Rosalía se lo lleva a donde lo tienen arrestado. Encuentra que lo han
golpeado en la cara y el cuerpo. Juntos recuerdan viejos tiempos en que eran
felices, cuando a él le ofrecieron ser profesor universitario de pintura.
Gilberto le dice a Rosalía que mejor se vaya donde sus padres de ella, que
tenían plata. Que lo olvide a él. Ella le dice que no. No están seguros adonde
lo enviarán. Se despiden. Al día siguiente, Atilio va a buscar a la policía
donde se encuentra Gilberto. No saben nada de él pero alguien le explica lo han
enviado hacia Argentina. Atilio se queda pensativo en qué va a pasar con
Gilberto. Piensa que le gustaría casarse con Cipriana y comprarle su máquina de
coser eléctrica. Había llevado su revólver a la calle. Piensa si debe matarse
como hizo su padre. Era de noche y varios recuerdos se pone a recordar. No les
puedo contar más. Lean la novela.