viernes, 30 de abril de 2021

El Laberinto de los Espíritus

He terminado de leer la novela titulada “El Laberinto de los Espíritus”, del escritor español, Carlos Ruiz Zafón. La novela es la continuación de la novela “La sombra del viento”, aunque no es una copia fiel en todo. Nos presenta a Daniel Sempere casado con Bea y tienen un hijito al que han llamado Julián. Fermín Romero de Torres sigue trabajando en la librería de los Sempere. Al inicio de la novela muestran la caída de bombas sobre Barcelona por los italianos. Fermín va a llevar un encargo a una viuda de un amigo, pero cuando llega no está la viuda. Está la mamá de la viuda que le cuenta a su hija se la llevaron. Solo se han quedado ella y su nieta Alicia de seis años. La niña lee un libro de Alicia en el país de las maravillas. En eso cae una bomba justo detrás de la anciana, la fuerza de la bomba hace volar a Alicia hacia la pared, se golpea la cadera y se hace una herida. Fermín la toma de la mano y se la lleva corriendo hacia otro lugar más seguro porque están lanzando bombas sobre el edificio. Siguen corriendo pero caen más bombas y por el  impacto, Fermín cae al suelo, pero le grita a Alicia: Corre, hacia allá, no dejes de correr. Y él se queda tirado en el suelo. Pasan varios años, y Alicia se ha convertido en una investigadora asociada con la policía. Los médicos le habían reconstruído la parte de la cadera quebrada, con hueso de ballena, y le administraban medicamentos para calmar el dolor. Ella de niña se estuvo criando en un orfelinato, luego se volvió raterilla callejera, y luego Leandro, un investigador asociado con la policía, que la vio muy inteligente le propuso que trabajara con él. Mientras tanto, una noche se había organizado una fiesta elegante en casa del Ministro Valls, su hija Mercedes la organizó. Pero él recibió un sobre grande con una lista de números y otros papeles. Los leyó, la lista también, y se puso atemorizado. Sus hombres de seguridad no sabían cómo habían llegado esos papeles allí. Valls sospechaba de los antiguos presos de la prisión de Montjiuc, donde él había sido director y había ordenado matar a varios de ellos o atormentarlos. Debían haber escapado y buscaban venganza. Mercedes va a ver a su papá y lo saluda, le dice todo salió muy bien en la fiesta. El le dice que la quiere mucho. Luego se despide y se va a dormir. Luego que sale, escucha a uno de los guardaespaldas que habla con su papá y le dice ha venido la lista en el sobre. Eso logra escuchar ella, que ha venido una lista. Pero no entiende nada, y se va a dormir. Su papá Valls con sus hombres de seguridad se van de la ciudad. Pero en el camino, matan a su chofer y toman prisionero a Valls. Lo meten en un lugar horrible, con barrotes y está con el cadáver del chofer, al que luego se lo llevan. No le hablan nada a él. Mientras tanto Leandro envía a Alicia y a otro policía, Vargas, a que vayan a investigar la casa de Valls, si encuentran algún dato más. Alicia encuentra un cuaderno, donde por encima han anotado unos números, una lista, pero la han arrancado, solo se ve las marcas de los números. Copian los números de la lista, tal como están. Buscan los cajones. Parece no hay nada importante. Pero Alicia le hace sacar a Vargas el último cajón y ven al fondo hay un libro pegado con cinta scotch al escritorio por dentro. El libro se titulaba “El Laberinto de los Espíritus” de un tal Víctor Mataix. Prefieren no decirle nada a la señora Mariana, la esposa de Valls. Alicia revisa el libro pero no encuentra nada relevante en él. Parece un libro para niños. Se lo llevan. En la noche, Alicia lo lee pero solo encuentra historias sin nada que ver con Valls. Deciden conversar con la hija Mercedes. Ella les cuenta de la noche anterior. Alicia le pregunta de algún hecho extraño del pasado. Mercedes les cuenta de que cuando ella estaba en el colegio, empezó en los recreos a venir a verla una señora de la calle mal vestida, le hacía cariños, le decía cosas bonitas, que la quería mucho. Un día los hombres de seguridad de su papá la vieron y se la llevaron, pero ella, sacó una pistola y se acercó a Mercedes llorando y le dijo nunca la olvidara. El chofer de su papá sacó una pistola y le disparó en la cabeza a la señora, la mató. Le dijeron a Mercedes que era una loca. Luego terminó de contar. Alicia y Vargas se van. Almuerzan en un restaurante. Alicia va a la Biblioteca Pública y conoce al que la dirige, es su amigo, le muestra el libro de Victor Mataix, y le pregunta qué sabe de él. Este le dice que se publicaron ocho ejemplares de la colección de esa novela, pero Mataix ya debe haber muerto. Si quiere averiguar más vaya donde Gustavo Barceló o donde la librería de Sampere, que ellos son grandes conocedores de libros y autores. Vargas y Alicia se enteran que Valls se enamoró de Isabella, la mamá de Daniel Sampere. Seguro la hizo matar con veneno. También averiguan que el tal Salgado, que salió de la prisión de Montjuic, al que acusaban de enviar las cartas era manco de la mano izquierda y según los grafólogos, el que escribía las cartas era zurdo. Alicia regresa a su excasa, donde había vivido tres años, la portera la saluda muy contenta, le cuenta Fernandito ya creció y trabaja en un almacén. Fernandito era su sobrino de Jesusa, la portera, y estaba enamorado de Alicia. Ella le había dicho que se llevaban diez años de diferencia y que lo de ellos no podía ser. Solo amigos. Esa noche, Alicia soñó con el Cementerio de los Libros Olvidados, que era donde la había salvado el encargado Isaac, luego del bombardeo de Barcelona. Ella conoció ese lugar muy bien. También Isaac la había llevado al hospital de niña donde la curaron. Alicia conocía bien todo el Cementerio de los Libros Olvidados. Soñó que ella estaba allí. Al día siguiente, Alicia fue a la librería de Gustavo Barceló para hablar con él, pero estaba ocupado, la citó para el día siguiente en un lugar público. El empleado que la atendió, le dijo ella era la segunda persona que preguntaba por un libro de Mataix. ¿Era Lomana el que vino primero?, preguntó ella. “No estoy seguro”, dijo el empleado. Lomana era el policía que sucedió a Fumero. Pero Lomana había desaparecido. Hendaya era ahora el que lo reemplazaba. El que aplicaba las torturas y mataba. Desayunan en un restaurante Vargas y Alicia, y ella le dice hay un tipo flaco que la persigue en las calles. Lo enfrenta y averigua que se llama Rovira, o eso dice. Es policía y le han dado orden de seguirla. Vargas y Alicia le dicen que los siga a dos cuadras, no tan cerca. Alicia regresa a su casa y se queda dormida vestida, pero al día siguiente amanece desnuda, con la ropa doblada en su cuarto y ha desaparecido el libro de Victor Mataix. Vargas logra averiguar que la lista que tienen es de las fechas de nacimiento y muerte de varias personas. Averiguan los datos. Recogen noticias de los diarios también. Y una noche Alicia arma su rompecabezas de la situación. Cuando despierta Vargas, se la cuenta. El banquero Ubach había aportado grandes donaciones de dinero a Valls en los últimos años, pero cuando murió Ulbach, pasó a ser el abogado Sanchís el que manejaba el dinero de Ulbach, más  tarde, averiguaron era hijo ilegítimo de Ulbach. La hija de Ulbach cuando creció, se casó con Sanchís. Pero Sanchís no quería pagarle dinero a Valls, no veía motivo. Valls lo amenazaba, así que empezó a pagarle dinero. Entonces con las fechas de los nacimientos y las muertes, descubrieron que Ulbach conoció a Victor Mataix, lo visitó en su casa y quiso que le regalara a una de sus hijitas. Su esposa de Ulbach era preciosa pero no quería tener hijos para no perder la figura. Valls quiso quedarse con la otra hija de Mataix y se la quedó, eran pequeñas. Les cambiaron el nombre. Mataix se quedó sin sus hijas. Valls lo acusó de mentiras y lo metió preso en la prisión de Montjuic. Valls se metió al negocio de conseguir niños pequeños para darlos en adopción a padres, pero se los arrebataba. Y luego los mandaba encerrar en la prisión a los padres y los mataba. Los que recibían a los niños le pagaban mucho dinero a cambio. Era su negocio. La que le escribía los sobres era su esposa de Valls. Los que querían destruir a Valls eran policías corruptos que habían hecho negocios con él. El negocio de los niños. Pero nadie sabía quién era el verdadero jefe. La mano negra detrás de todo. Alicia le hace llegar a Daniel Sampere una carta de su madre Isabella que le escribió a un amigo antes de morir. Le contó que ella se enamoró de David Martín. Pasaron un verano juntos, pero él no estaba bien de salud. Luego se casó con Sempere. Pero ella estaba embarazada de David Martín. Isabella contaba también que quiso hablar con Valls para que no molestara a un amigo, pero Valls se enamoró de ella, ella no le hizo caso, y él la mandó envenenar. Daniel Sempere quema esa carta. Alicia le hace llegar la dirección donde está Valls preso. Daniel Sempere va y lo quiere matar pero al final lo dejar salir. Valls está sin una mano, harapiento, sucio, sube a tranvías, lo dejan viajar de lástima. Llora un montón y se muere. Lo entierran en la fosa común. Rovira mata a Vargas con un cuchillo. Alicia descubre que la mano  negra es Leandro. Lo busca en su hotel, y lo mata de un disparo. El le dice, que eso era  negocio antes, ahora habían otros negocios. Tenía que matar a los Sempere que también se estaban enterando de todo. Alicia lo mata. Luego se va del país en barco a América, antes de partir, le cuenta su vida a Fermín que le pregunta. No creo que adivinen el final por nada. Es totalmente sorprendente.



 

domingo, 18 de abril de 2021

El hombre duplicado

He terminado de leer la novela titulada “El hombre duplicado” del Premio Nobel, José Saramago, que ya murió, pero era portugués. Es una novela fuera de lo común. Un señor Tertuliano Máximo Afonso, profesor de Historia en un colegio secundario, ve una película recomendada por su amigo profesor de matemáticas, y ve un personaje secundario idéntico a él. La única diferencia es que en la película el actor llevaba bigotes y él no. Pero hace cinco años, él llevaba bigotes, y busca sus fotos y se ve idéntico al actor. Entonces empieza a tratar de averiguar el nombre del actor secundario. Va a la tienda de alquiler de videos y se compra el video, alquila otras películas más. Ve las películas y encuentra al mismo actor en algunas de ellas. Sigue investigando y descubre el nombre del actor: Daniel Santa-Clara. Tertuliano tiene una novia, María Paz, es divorciado, pero ella es soltera. Salen de vez en cuando juntos, tienen sexo, pero no se deciden a casarse. Tertuliano le pide a María Paz, trabaja en un banco en las computadoras, que le escriba una carta al actor Daniel Santa-Clara, es sobre una investigación que él está haciendo sobre los actores secundarios. Pero la carta la escribe él, la firma ella. En la carta le dice al actor que ella es su admiradora y le pide si le puede enviar una foto suya, con su autógrafo, y si le puede dar su dirección y teléfono. A los pocos días, María Paz recibe en el banco la carta de la productora de películas, se la entrega a Tertuliano. Este la abre en su carro, y ve la foto, son idénticos con el actor, y ve la dirección y el teléfono. Tertuliano tiene a su mamá viva y ésta le dice que se vaya fijando en María Paz para casarse. Viven aparte. Tertuliano va con su carro a visitar la casa del tal Daniel Santa-Clara, luego que la ubica, mira alrededores y se va. Lo llama por teléfono y le dice es un tipo igual a él. Son idénticos en todo. Es su hombre duplicado. El actor le dice se llama Antonio Claro, lo de Daniel Santa-Clara es su nombre artístico. Antonio Claro le dice pueden conocerse en una casa de campo que él tiene, saliendo de la ciudad, donde no los van a reconocer. Le da la dirección y acuerdan encontrarse allí el domingo. Tertuliano va para allá el domingo. Se encuentran allí y se desnudan, se dan cuenta son idénticos. Luego, se visten. Conversan. Tertuliano le dice él es profesor de Historia en un colegio secundario. Luego se van. Pero Antonio Claro va a la productora donde trabaja y pide averiguar si alguien ha preguntado por él en las últimas semanas, si han pedido su dirección y teléfono, un señor Tertuliano Máximo Afonso. Buscan en los archivos de la productora y le dicen nadie de ese nombre ha pedido datos de él en las últimas semanas. Solo hubo una señorita que pidió información, llamada María Paz. Antonio Claro averigua que la dirección, donde se envió la foto fue de un banco. Va al banco y espera a la salida. Ve salir una chica bonita y sospecha que es María Paz. Entonces se le ocurre que como son idénticos con Tertuliano, pueden intercambiar identidades y él puede acostarse con esa chica tan bonita. Porque Antonio Claro es casado, y le dirá a su mujer tuvo mucho trabajo y no podrá ir a su casa. Entonces la llama por teléfono a María Paz y le pide encontrarse con ella en una casa de campo, le da la dirección. Luego, va a casa de Tertuliano y le dice quiere acostarse con su novia. Tertuliano trata de golpearlo, pero Antonio Claro sabe Karate y lo golpea en el brazo. Le pide le preste ropas de él de verano, solo será por una noche, la llevará a María Paz a la casa de campo. Le dice antes del mediodía siguiente regresará a casa de Tertuliano. Le pide las llaves de su auto. Se lo devolverá. Tertuliano le da las ropas, le presta las llaves, Antonio Claro se cambia y se va. Tertuliano piensa que ya que Antonio Claro se va a acostar con su novia, él se puede acostar con la mujer de Antonio Claro, como venganza. Así que se pone la ropa que ha dejado Antonio Claro y se va a su casa. Pero las cosas no salen según lo planeado por Antonio Claro. El final es sorpresivo. Cómprensela y léanla. Es muy buena. José Saramago fue Premio Nobel de Literatura 1998.



 

miércoles, 7 de abril de 2021

 

El tiempo recobrado

He terminado de leer la novela titulada “El tiempo recobrado” del genial escritor Marcel Proust. Es el tomo 7 de su colección “En busca del tiempo perdido”. La novela narra que ya se casaron Roberto Saint-Loup con Gilberta Swann. Tienen una hija. Mientras tanto, el Baron de Charlus se divierte con varios jóvenes que lo flagelan en un hotel, le tiran latigazos con látigos que tienen clavos en la punta. Era sadomasoquista el Baron de Charlus, y le gustaban los hombres. El que administraba el hotel era su criado Jupien. El narrador Marcel, explica que Saint-Loup seguía viéndose con Charlie Morel, el violinista, lo amaba, le daba dinero. Y sufría con su mujer Gilberta porque no la amaba del todo. El narrador Marcel cuenta que una vez fue a ese hotel a hospedarse por una noche porque sospechaba allí se hospedaban espías del exterior y quería averiguar si era cierto. No encontró éso pero sí encontró al Baron de Charlus recibiendo latigazos de hombres jóvenes, con grilletes en manos y pies. Jupien, que había sido criado de su casa, le cuenta él le ayuda a pasar feliz los últimos años de su vida al Baron de Charlus. Le consigue jóvenes también. El hotel era propiedad de un joven, que no quería se enteraran de lo que se hacía allí. Pero el que paraba allí administrando era Jupien. La sobrina de Jupien se casó con el duque de Guermantes, porque había muerto su esposa. A ella le llamaban Madame Verdurin, pero ahora era duquesa de Guermantes. La guerra había empezado, luchaban Francia contra Alemania. Venían los bombardeos de los alemanes sobre Francia. Esa vez que el narrador Marcel encontró al Baron de Charlus en el hotel, se escondió, y luego que se fue el baron, y Jupien le contó lo que hacía, cayó una bomba al costado del hotel. Será porque esto es Sodoma, decía la gente del hotel. Roberto de Saint-Loup viene de la guerra a veces a visitar a sus amigos y familia. Pierde su cruz de madera del uniforme militar y va a buscarla en la casa de Marcel. Pero no la encuentran. Al poco tiempo, Roberto de Saint-Loup muere en una batalla, en retirada, cuidando a sus hombres. Otras personas le dicen al narrador Marcel que Saint-Loup se dejó matar para alejarse de su esposa Gilberta. Gilberta lo llora a Roberto delante de Marcel. Marcel asiste al entierro. Marcel sospechaba el telegrama que recibió de Albertina, era de Gilberta. Cuando termina la guerra, los duques de Guermantes organizan una fiesta en su casa. Han pasado 30 años desde que Marcel empezó a entrar en sociedad con la nobleza. Asiste a la fiesta, y ve viejos a todos. Ve a cada uno, hombres y mujeres, la princesa de Guermantes que le gustaba, seguía siendo bonita pero ya era vieja. Encuentra a su amigo Bloch, ya de cincuenta años como él. Con la nariz roja y algo rechoncho. Le cuesta distinguir a varias personas y reflexiona cómo el paso del tiempo afecta a las personas. La duquesa de Guermantes había invitado a la actriz Raquel, la ex amante de Roberto de Saint-Loup para que recitase poesía en su casa, en su fiesta. Y recita poesía Raquel. La felicitan. Por su parte, la actriz, La Berma, ya era vieja, y había invitado a varias personas a su casa pero solo fue un joven. Entonces la hija y el hijo de la Berma se visten bien y van a casa de los duques de Guermantes, dicen al llegar que quieren escuchar la declamación de poesía de la actriz Raquel. Pero Raque les manda decir con los criados que ya terminó la declamación. Quieren pasar a dar la mano y felicitarla. Entonces Raquel acepta, aunque sabe los otros quieren humillarla, entonces en voz alta les da la bienvenida y les dice cosas que los pondrían en aprietos si le hacen escándalo a ella. No hacen problemas, la saludan y se van. Marcel es saludado por una señora rechoncha que lo saluda afectuosamente. No la reconoce pero luego se da cuenta es Gilberta. Ella le dice, seguro la confunde con su mamá. Le cuenta su hija ya ha crecido. Es señorita. La trae y se la presenta. Marcel empieza a comparar el perfil de la hija con el perfil de Gilberta y el de sus padres. Marcel escribía artículos para algunas publicaciones de la época. Odette, la madame Swann, lo encuentra y le dice si hubiese sabido iba a ser tan buen escritor le hubiera contado muchas historias de ella. Le cuenta que de joven ella tuvo amores con un joven que se fue a América, luego conoció a otro señores parisinos y se quedó acá. Se lo dice para que lo utilice para sus novelas. Ella se conservaba muy bien físicamente. La duquesa de Guermantes, ex madame Verdurin, le dice cómo fue posible que Gilberta asistiera a la declamación de poesía de Raquel que había sido amante de Saint-Loup. Le dice que Gilberta nunca lo quiso a Saint-Loup. Pero luego, la misma duquesa de Guermantes y Gilberta deciden llevarlo a Marcel a conocer a Albertina. Marcel dicen está bien conservado, pero él siente debilidad en sus miembros. Van en un carruaje y llegan a Combray, a una casa. Y tocan la campanilla. Marcel espera si saldrá Albertina. Al escuchar la campanilla recuerda los momentos de su juventud cuando el Sr. Swann los visitó a sus padres en Combray y él era niño. Allí termina la novela. Mientras esperan en la puerta. Para los que hayan leído a Marcel Proust, les gustará la novela. Tiene el mismo estilo de siempre. Esta es una de las obras cumbres de la Literatura Mundial.