La sombra del viento
He terminado de leer la fabulosa novela “La sombra del
viento” del escritor Carlos Ruiz Zafón. Es una novela que narra la historia de
Daniel Sampere, un joven cuyo padre tiene su librería, vende libros. Su madre
ha muerto hace años. Es el verano de 1945 y su papá lo lleva a Daniel al
Cementerio de los Libros Olvidados. Una librería grande donde Daniel escogió la
novela “La Sombra del viento” y su papá se la compró. El autor era un tal
Julián Carax. La novela trataba sobre un hombre que buscaba a su padre. Le
gustó la novela a Daniel. Como quería saber más sobre el autor, fueron Daniel y
su papá donde otro librero amigo de su padre, Gustavo Barceló, que sabía
bastante de libros y autores. Fueron y Barceló le ofreció mucho dinero por el
libro, pero Daniel no se lo quiso vender. Solo quería averiguar sobre Carax, y
si tenía otras novelas. Barceló le dice vaya al día siguiente a El Ateneo, un
lugar público, con el libro y él le
averiguará más sobre el autor de su novela. Al día siguiente, Daniel va y lo
encuentra a Barceló con una chica de unos veinte años muy blanca y bonita, pero
ciega. Era Clara Barceló, sobrina de Gustavo Barceló. Se la presenta y le dice
ella sabe sobre Julián Carax. Por eso la ha traído. Daniel tenía 10 años pero
le gustaba Clara. Gustavo Barceló le dice examinará su libro un rato y lo
dejará hablando con Clara, que es experta en el tema de Carax. Se va con el
libro. Clara conversa con Daniel, y le toca el rostro con los dedos. Daniel se
enamora de ella. Clara había vivido un tiempo con una prima en París. Allí,
habían tenido un tutor, al que llamaban Monsieur Roquefort, y el cual había
leído a Carax, le había gustado sus novelas. Quiso comprar más pero no habían.
Le contaron a este señor unos libreros que Carax se iba a casar con una mujer rica,
pero había tenido un duelo el mismo día del matrimonio y no se presentó en la
Iglesia. Carax vivía en París, Francia. También se decía que Carax había
regresado a su ciudad natal, y había muerto. Lo habían enterrado en la fosa
común. Entonces, luego de escuchar eso, Monsieur Roquefort les prestó a sus
alumnas Clara y su prima la novela de Carax titulada “La casa roja”. Clara leyó
la novela y la atrapó, le empezó a gustar la lectura. Luego de eso, Clara buscó
libros de Julián Carax por todas las librerías y le contaban que alguien
compraba las novelas y las quemaba. Clara trató por su mamá de encontrar a su
papá, y luego se enteró que lo había matado un inspector Javier Fumero, de la
policía. Luego, Clara le contó que su tío la cuidaba. Todas las noches le leía
historias. Entonces Daniel se ofrece a leerle su novela a Clara, por capítulos,
en las noches. Ella y su tío aceptan. En una tienda vendían una pluma
Montblanc, que decía el vendedor había sido de Victor Hugo y con ella escribió
Los Miserables. Su papá de Daniel preguntó por el precio pero era muy alto. Le
dice a Daniel le comprará esa pluma cuando sea mayor, que por el alto precio,
nadie la comprará por allí. Todas las noches a las 7pm va Daniel donde Clara a
leerle un capítulo de su novela, y la criada de Clara se llama Bernarda. Es
soltera y algo joven, tenía 28 años. Ella lo hace pasar y lo atiende. El día
que Daniel cumplió 16 años invitó a su casa a Clara y a Bernarda. Su papá le
dio una caja de regalo envuelta en papel de regalo. Daniel no la abrió. Esperó
a las 9pm y no venía Clara. Media hora más tarde llegó Bernarda diciendo que el
señor Barceló había salido de la ciudad por unas diligencias, y la clase de
música con el maestro Neri que recibía Clara se la iba a dictar esa noche. Por
eso no iba pero le enviaba sus saludos. Le da su regalo de ella a Daniel, un
paquete. Pero Daniel sale molesto a la calle. Se va a una avenida, y allí se
sienta en unas gradas. Un desconocido le habla y le ofrece dinero por su libro
“La sombra del viento”. Daniel lo rechaza y le dice no tiene el libro. Se lo
había regalado a Clara, pero no le cuenta eso. Le dice el libro lo tiene Adrián
Neri, un músico. El desconocido le dice tal vez el libro sí lo tiene su amiga
Clara. Daniel niega. El desconocido le dice por una mujer como Clara,
cualquiera pierde el sentido común. “Yo también he tenido dieciséis años”, le
dice. Daniel le pregunta para qué quiere el libro. El desconocido enciende un
fósforo y le susurra: Quemarlos. Daniel solo logra verle algo del rostro al desconocido,
como un rostro quemado. Cayó un aguacero fuerte en esa noche. Daniel fue a casa
de Barceló porque le habían dado ellos las llaves de la casa. Fue a la
biblioteca y sacó el libro “La sombra del viento” y lo cargó. Salió de la
biblioteca y escuchó una voz silbando. Una voz que susurraba y reía, que venía
del cuarto de Clara. Abrió la puerta y encontró el cuerpo desnudo de Clara
sobre sábanas blancas. Las manos del maestro Neri se deslizaban sobre sus
labios, su cuello y sus pechos. La estaba penetrando, y ella se aferraba a sus
nalgas. Daniel se quedó medio minuto mirando todo. El maestro Neri lo vió y fue
donde él y le tiró un puñetazo en la
cara. Luego le pidó las llaves de la casa, y le tiró una bofetada. Como no le
quería dar las llaves, le tiró otro puñetazo en la barriga. Le buscó los
bolsillos y le sacó las llaves. Clara había dicho:¿Qué pasa? ¿Por qué no
sigues?. Ya vengo, le había dicho Neri. Y le cerró la puerta de la calle a
Daniel. Lo botó. Un mendigo de la calle lo consoló, le invitó un poco de vino a
Daniel. Le dijo se llamaba Fermín Romero de Torres, cesante. Daniel se juró no
volver a ver a Clara. Luego se fue donde Isaac, el dueño del Cementerio de los
libros olvidados. Le pide si puede guardar su libro de Carax allí entre sus
libros. Hace marcas para encontrar entre el montón de estantes, su libro. Le
agradece. Isaac le cuenta que hacía años, el señor Cabestany le editaba los
libros a Julián Carax, pero no se
vendían mucho, a pesar de ser muy buenos. Le publicó ocho novelas y
luego murió el señor Cabestany. Su hijo casi le vendió las novelas que tenía de
Carax a un desconocido que las quería para quemarlas. Alguien que se hacía
llamar Laín Coubert. Ese era el nombre
de uno de los personajes de la novela “La sombra del viento” de Carax, del
personaje del diablo. No se las quiso vender, y esa noche su librería se
incendió toda. Su secretaria salvó varios libros de Julián Carax, llevándolos
al Cementerio de los libros olvidados. Esa secretaria era la hija de Isaac. El
padre de Julián Carax era un sombrerero de apellido Fortuny y la madre era
francesa. Se separaron ambos. Luego ella se fue a América. Isaac le cuenta que
su hija Nuria fue el año 1932 a Francia, y se alojó en la casa de Julián Carax.
Tuvieron un romance allá en Francia. Isaac le da la dirección de su hija en
Barcelona para que la busque, tal vez ella sabe más de Julián Carax y le puede
ayudar con información. Al día siguiente, temprano, llegó a su casa Daniel. Su
padre le pide abra su regalo. Daniel lo abre y ve es la pluma Montablanc de
Victor Hugo. Abrazó con fuerza a su padre. Este le dice Clara Barceló lo llamó
por teléfono dos veces en la noche. Daniel le dice no quiere saber nada de
Clara Barceló nunca más. En el tiempo siguiente, les va muy bien en la librería
a los Sempere y su papá le dice a Daniel si conoce a alguien que les pueda
ayudar en la librería vendiendo. Daniel le dice que sí. Y va a la calle donde
conoció al mendigo y lo contrata. Lo presenta a su papá y empieza a trabajar
muy bien con ellos como vendedor en la librería. Le consiguen alojamiento en un
lugar por un alquiler módico. Le brindan su amistad, lo llevan al cine, algo se
enteran que fue torturado en el pasado. Daniel
se da cuenta que tiene más tiempo libre, y fortalece su amistad con Tomás
Aguilar. Se habían conocido en el colegio, cuando el padre de Tomás había
venido a buscarle con su hija. Daniel hizo una gracia sobre ella, y Tomás se le
lanzó encima y lo golpeó. Tres semanas más tarde, Tomás se le acercó a pedirle
disculpas. Hicieron amistad. Tomás lo llevó a su casa y le mostró artilugios
hechos a partir de piezas de chatarra, que los había hecho él. Desde aquel día,
Tomás Aguilar se convirtió en mi mejor, y yo en su único, amigo. Su hermana se
llamaba Beatriz y le decían Bea. Era un poco creída. Era blanca, pelirroja, con
talle de maniquí y ojos azul verdosos. Bea tenía un novio haciendo el servicio
militar como alférez en Murcia. Un día la Bernarda se apareció en la librería
porque quería comprar un libro para una amistad, y Daniel le presentó a Fermín,
este se enamoró de ella. Le vendió un libro de Julio Verne. Fermín la invitó a
comer algo. Daniel le dió unos duros de la caja para pagar y le indicó llevarla
al restaurante Els Quatre Gats. Se fueron juntos del brazo. Puso Daniel el
cartel de Cerrado y entró a cerrar todo, cuando escuchó libros caer y la
presencia de alguien. Luego escuchó que se iban. Le habían dejado una foto
impresa en cartón antiguo. Era de una pareja de jóvenes. Las letras grabadas
decían: Hijos de Antonio Fortuny. Casa fundada en 1888. Isaac le había contado
que Fortuny era el apellido de Julián Carax, solo que Julián solo quería usar
el apellido de su madre. Decían que la madre de Julián se casó embarazada de
otro hombre, y que por eso su marido le pegaba. Eso decían. Daniel fue a buscar
a un profesor universitario que había pedido unos libros, y se encontró con
Bea. La encontró bellísima. Se enamoró de inmediato. Bea le contó estudiaba el
primer año de universidad. Era mayor que Daniel por un año. El profesor le
encarga un libro a Daniel, que lo quiere comprar. Se van conversando Daniel con
Bea. Daniel la invita a salir el viernes a las 5pm en el claustro. Le mostrará
un lugar en Barcelona que debe conocer, de manera educada le da a entender que
le gusta y la quiere. Ella se pone contenta. Acepta. Daniel va al día siguiente
a la tienda de sombreros de los Fortuny, pero la portera le dice si viene por
el alquiler, llega tarde. El administrador ya se ha ido. Daniel le muestra la
foto de Julián Carax y le pregunta detalles de su vida. Ella le cuenta que de
niño paraba contando historias. Le cuenta un amigo del colegio, Jorge Aldaya,
de mucho dinero lo ayudaba. Daniel le pregunta si no tendrá la llave doble de
la casa de los Fortuny. La portera se hace de rogar pero acepta, y abre la
puerta de la casa. Entran, y Daniel va mirando la casa, entran entonces al
cuarto de Julián. Allí, Daniel encuentra unos cuadernos de Julián, y cae una
foto. Es de la chica que aparecía junto a Julián, a la vuelta de la foto dice: Te quiere, Penélope. Se
guarda la foto. Se van. La portera le da la dirección del administrador. Daniel
va y habla con él. Le explica se comunican con la madre Sophie Carax, con su
abogado. Al regresar a su librería, Fermín le cuenta una chica bonita los
visitó al señor Sampere y a Fermín, y les dijo que Daniel no se olvide de ir
por ella el viernes por la tarde. Bea, dice Daniel. Y le cuenta a Fermín que es
la hermana de su amigo Tomás Aguilar. Tiene un novio que está haciendo el
servicio militar. A mí me da que esa no se casa con él, le asegura Fermín. Al
día siguiente visita a Daniel un hombre desconocido, el inspector Fumero y le
dice ha contratado un ayudante peligroso. El lo arrestará un día de estos. Le
dice el relojero del barrio es maricón y frecuenta un lugar. Luego Fumero se
va. Daniel lee entonces una carta que encontró en el cuarto de Julián. Es de
Penélope, ella le escribe que sabe se ha ido a Francia, que lo ama, no la dejan
salir a ningún lugar. Que aspira a que algún día él llegue a comprender lo
mucho que lo quiso. La carta la mandó a
sus padre de Julián, pero ellos no tenían contacto con Julián. Otro día viene
Don Anacleto, el profesor universitario, y cuenta que ayer han arrestado al
relojero del barrio. Fue el inspector Fumero. Lo encontraron vestido de mujer bailando
y cantando canciones picantes en un antro donde habían débiles mentales salidos
de una orden religiosa. Estos estaban con los pantalones abajo, sus miembros
erectos y babeando y aplaudiendo. Lo metieron en la cárcel al relojero, allí, los presos se lo rifaron al
relojero, lo violaron y luego le dieron una paliza diciéndole: Maricón,
mariposón. Luego le hicieron cortes en la cara con cuchillas. Don Anacleto
dice, el relojero es un hombre bueno. Deben cuidarlo. Al día siguiente, Daniel
va a buscar a Nuria Monfort, la hija de Isaac para preguntarle sobre Julián
Carax. Ella le cuenta algunas cosas, pero luego Daniel descubre no le ha
contado toda la verdad. Le ha mentido en varias cosas. Ese viernes, Daniel se
encuentra con Bea en la casa de los Aldaya, que ya no vive nadie allí. Bea se
enamora de Daniel, y tienen sexo. Nuria le había contado a Daniel que cuando
visitó París, le compró a Julián una pluma Montblanc de lujo. Bea queda
embarazada. Daniel visita a Tomás pero
éste lo golpea. Daniel se va. Luego se entera Daniel que Julián y Penélope eran
hermanos, y que Penélope lo supo. Por eso abortó al bebé que tuvo y murió
desangrada. Daniel con Bea habían descubierto en la casa de los Aldaya habían
dos tumbas, una que decía Penélope Aldaya, y otra tumba que decía David Aldaya.
Se supone el hijo muerto. El señor Aldaya padre, había tenido varias amantes de
joven, una de ellas, la mamá de Julián. Y la amenazó para que no contara nada.
Ella conoció al sombrerero y se casó con
él. Pero el hijo no era suyo. Por eso le pegaba el sombrerero a ella. Pero la
verdad de toda la historia la descubren en la carta que le escribe Nuria a
Daniel, antes que Fumero la acuchillara a ella. Y Fumero acusa a Fermín de
haber matado a Nuria. La carta de Nuria se la entrega Isaac a Daniel mientras
llora la muerte de su hija. Y allí se enteran todos los secretos de la novela.
Les aseguro que les va a gustar la novela. Cómprensela y léanla.
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