jueves, 14 de julio de 2022

 Noche y océano

He terminado de leer la novela titulada “Noche y océano” de la escritora española, Raquel Taranilla. Esta novela ha sido ganadora del Premio Biblioteca Breve 2020, de la Editorial Seix Barral, que pertenece al Grupo Planeta. La novela narra la historia de Bea Silva, una catedrática de universidad que se entera que alguien ha robado el cráneo embalsamado del mítico director de cine mudo F. W. Murnau. Bea sabe que ella conoce al culpable, que es Quirós, un cineasta ocioso que llega un día a alojarse en la casa donde ella vive. Es decir, ella vive en un departamento alquilado a una propietaria. La propietaria también es catedrática, joven y bonita. Esta, le avisa que va a venir un nuevo inquilino a vivir a otro departamento, llamado Quirós. Beatriz tiene treinta y dos años, es poco sociable, y bastante culta. Quirós busca un productor de cine para que le financie sus películas que quiere filmar. Una noche, en un bar de copas, conoce a Rudy Jou, un productor de películas. Rudy era hijo de familia acomodada que había aprovechado el desarrollo del sector audiovisual para mantener su nivel de vida. Quirós le cuenta de sus proyectos de cine que piensa filmar, de las islas de la Polinesia que le gustan tanto. Rudy Jou, luego de escucharlo toda la noche, acepta producir sus películas. La novela narra todo el pensamiento de Beatriz, que lo ve a Quirós viajar, irse a otros países, regresar, cuidar de las plantas de su jardín, hablarle de sus proyectos de películas. A lo largo de la novela, Bea va contando todo lo que ella piensa y siente, sobre Quirós y otros personajes, sobre directores de cine y varios personajes más. Y en los pies de página, anota lo que les ocurrió a dichos personajes al cumplir 32 años. Se esmera en realizar esta labor la autora. También narra sobre rollos de películas que han viajado por el mundo de manera escondida para no ser destruidos. Bea narra que le gusta el museo dedicado a Gaughin, y sus pinturas de la Polinesia. En la parte final del libro se dedica a admirar a Gaughin y la belleza de esa isla, La Polinesia. Dice tiene un color único, esmeralda y azul, va cambiando de color conforme uno se acerca. Es maravilloso verla de día, es un espectáculo único, al ir en barco, irla descubriendo. De noche se puede llegar, pero es distinto porque no se ven los colores. Y si se llega en avión, se ven luces naranjas del aeropuerto, nada más. Toda la novela es el pensamiento de Beatriz. El final es inesperado. La misma autora dice no quiere escribir un final. Es un final poco común. La autora muestra una gran dosis cultural en su mención de diversos personajes históricos, cómo murieron, cómo murió el autor del Principito, también acerca del que lo mató disparándole a su avión. A los que les guste leer una novela introspectiva, el interior del pensamiento del autor, les puede gustar la novela. 




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