Autódromo
He terminado de leer la novela titulada “Autódromo” del
escritor Octavio Botana. Es una novela sobre la historia de tres hermanos, la
mayor es Val, de 12 años, le sigue Ott, de 10 años y el menor Ralph de 8 años.
Sus padres han muerto ambos. Viven con su abuelo y su abuela, de diferentes
padres. Un día el abuelo los envía a que viajen al fin del mundo. Les da
ciertos consejos. Que formen un círculo, es la mejor figura, no se fíen de
cuadrados, rectángulos o triángulos. Si sienten que les faltan fuerzas, se abracen
a un árbol muy fuerte. Este les dará fuerzas. Los niños se apellidaban Bott. El
abuelo les había contado historias sobre piedras extrañas, montañas mágicas y
autos fantasmas. Con algunos objetos de mano salen en sus mochilas y algo de
comida. Del gran sauce Ralph coge una rama y sus hermanos también. Ralph le
pone de nombre Armarramas. Y con ello piensan luchar contra algún enemigo.
Siguen caminando y encuentran la fábrica de caramelos de trigo, así le llamaban
todos. Pero encuentran allí un vigilante que estaba volteado y les dice nadie
sale de allí, solo cuando están viejos y dejan de trabajar. No les dice a qué
actividad se dedica dicha fábrica, pero ellos se dan cuenta no es fábrica. Sale
humo negro y es cuadrada. Recuerdan las palabras del abuelo que no se
involucren con figuras cuadradas, solo redondas. Se alejan. Debajo de las
piedras encuentran monedas antiguas. Toman un poco de agua de su cantimplora y
siguen caminando. Encuentran la montaña del Indio. Van subiendo y encuentran un
señor con una barca y remos que les dice deben ver el perfil de la montaña al
mediodía. Les cuenta que antes, él tenía un hijo y vinieron por estos lugares a
vivir pero su hijo tuvo un accidente y murió. El ahora les aconseja que bajen
de la montaña y vean al mediodía el perfil de la montaña del Indio. Le hacen
caso y se bajan, ven el perfil, y Ott dibuja en su libreta con lápiz el perfil,
que es un camino por donde pueden subir. También les dice que los siete gatitos
que han encontrado son suyos. Los niños los habían seguido pensando donde va un
gato debe haber alimento. Siguen su camino. Se dan cuenta que están caminando
en círculo y que llegan a la zona del autódromo, ya cerca de su casa. Era el
antiguo circuito de coches. Su abuelo participaba allí cuando los padres de
ellos estaban vivos. En determinado momento, Ralph se cansa y se queda sentado
debajo de un árbol de moras. Sube al árbol y ve animales allí arriba, se asusta
y se baja. Se abraza al árbol, y cierra los ojos. Cuando los abre, se da cuenta
los animales ya no están y caen moras. Se pone a comer varias de ellas. Corre y
alcanza a sus hermanos. En el autódromo, pasa un carro cerca de ellos y se va.
Luego, viene otro y para. Se baja el conductor. Era su abuelo. Les dice han
debido hacer esa excursión ellos solos para madurar. El final de la novela es
mejor lo lean. Cómprense el libro y se enterarán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario