Las cenizas de Angela
He terminado de leer la magnífica novela titulada “Las
cenizas de Angela” del escritor Frank McCourt, Premio Pulitzer, con más de 5
millones de ejemplares vendidos. La novela narra la niñez y juventud de Franky
McCourt. En Estados Unidos, su padre, Malachy McCourt, irlandés de Irlanda del
Norte que ha viajado a América, que ha sido metido preso por tres meses por
robo a un camión, conoce a una chica bonita, Angela Sheehan, en una fiesta de
una amiga de ella. Se miraron, se gustaron, y tuvieron sexo. Ella quedó
embarazada. Ella tenía dos primas que eran mandonas y casadas con americanos.
Ellas le hablan a Malachy y lo obligan a casarse con Angela. Con cuatro meses
de embarazo, se casaron los dos. Luego, nació Frank. Un año después, nació un
segundo hijo, Malachy. Su papá de Franky le cuenta el cuento de Cuchulain. De
joven se llamaba Setanta, y vivía en Irlanda, en el condado de Antrim. Setanta
tenía un palo y una bola, un día le pegó a la bola que se le metió a la boca a
un gran perro que pertenecía a Culain y lo ahogó. Culain se enojó mucho y dijo:
¿Quién va a cuidar de mi casa, de mi esposa, y de mis diez hijitos, y de esa
cantidad de cerdos, y gallinas y ovejas? Setanta dijo: Lo siento mucho. Yo
cuidaré su casa con mi palo y su bola. Y cambiaré mi nombre por el de
Cuchalain, el mastín de Culain. Así lo hizo y se volvió el gran héroe, el
mastín de Ulster. Toda la novela es narrada en primera pesona por Frank. Luego,
la mamá tiene dos hijos gemelos, Oliver y Eugene. Frank tiene cuatro años,
Malachy, tres. El papá de Frank es alcohólico, le gusta venir borracho. Su papá
consigue un trabajo. Las dos primeras semanas trae el dinero semanal a casa. La
tercera semana se lo gasta en licor. El papá viene borracho y hace levantar a
sus hijitos y les hace prometer morir por Irlanda. La cuarta semana de pago,
Frank y su mamá van al trabajo a esperar salir a su papá, para que no pierda la
plata en licor. Pero no lo encuentran. Viene de noche y borracho, sin nada de
dinero. Al día siguiente pierde el trabajo. Luego de un tiempo, Angela da a luz
a una hija, Margaret. El papá, le gusta cargar a su hijita bebe y cantarle
canciones irlandesas. Un día salen de paseo Frank y Malachy con sus hermanos mellizos
en el cochecito y éstos tienen hambre. Franky se roba unos plátanos de una
tienda. No lo descubren. Alimenta a los mellizos, que se untan banano en la
cabeza. El y Malachy también comen. Aparece de pronto un señor, es el dueño de
la tienda. Lo ve a Franky y le pide que se acerque. Le dice: Tú eres el hermano
de los niñitos, ¿cierto?. Sí, señor. Mira, tengo esta bolsa de frutas. Si no te
la doy, la tengo que tirar, ¿entiendes?. Así, pues, toma la bolsa. Hay
manzanas, naranjas, bananos. Sé que les gustan. Los mellizos hacen bulla. Se
les oye desde el otro lado de la calle. Cállalos. Así que regresan a casa con
la bolsa de frutas y se la dan a su mamá. Le dicen el dueño se las regaló. Su
hermanita de Frank, muere. Mueren los mellizos también, primero Oliver, y luego
Eugene, por frío y mala alimentación. La madre está embarazada de nuevo. Viajan
en barco hacia Irlanda, donde tienen familia. Dejan Estados Unidos. Conocen a
su abuela materna y a su tía Aggie, casada con Pa Keating, que trabaja paleando
carbón en la fábrica de Gas de Limerick. La abuela les consigue un cuarto donde
vivir, por diez chelines que los paga ella. Y les recomienda que pidan ropa,
zapatos y demás cosas en la caridad de la Sociedad San Vicente de Paul o sea
vivan de la ayuda pública. Les dan botas para los niños y alimentos. Luego,
empiezan a ir al colegio los niños. La mamá tiene a Michael, el nuevo
hermanito. Al padre por ser de Irlanda del Norte y ser borrachín no le dan
trabajo. Sus hermanos mellizos habían muerto de neumonía en la noche. Sus
padres no sabían. Se mudan de vivienda para que la mamá Angela no recuerde a
sus hermanitos muertos. En el colegio, Frank hace amigos. En la Navidad, les dan
en la caridad, una cabeza de cerdo y unas salchichas, y les desean Feliz
Navidad. Los niños siempre buscan trozos de carbón tirados en la calle para
quemarlos en su chimenea de su casa. En su colegio de Frank, hay un chico que
siempre hace preguntas. Le llaman Preguntas Quigley. Le pregunta al maestro:
¿Qué son esbirros, señor? Y el maestro se molesta. Le pide no preguntar. Le
dice que el día que lo haga, el Señor lo recibirá en su seno. Luego pregunta:
¿Qué vas a quere, Quigley? Que Dios me acoja en su seno, señor. Le hacen
confesar a Franky. Este le dice al sacerdote que dijo una mentira, le pegó a su
hermanito, sacó un penique del monedero de su madre, y dijo una palabra fea.
También escuchó un cuento de Cuchulain y Emer. El sacerdote le dice que eso no
es un pecado. Luego, Franky le dice que le contaron que Emer se casó con él ganando
un concurso de meadas. ¿Quién te contó ese cuento? Mikey Molloy, padre. Le da
de penitencia rezar tres avemarías, tres padrenuestros y una oración especial
por él mismo, por el sacerdote. Luego, al día siguiente, Franky tiene su primera
comunión. Todo marcha bien, y luego su mamá le dice puede ir al cine del barrio
a ver una película, pero a Franky no le alcanza la plata. Se encuentra con su
amigo, Mikey Molloy. Le cuenta. ¿No tienes dinero? Le pregunta. No importa. Yo
te meto. Voy a crear una distracción. ¿Qué es una distracción? Yo tengo con que
entrar y cuando entre voy a fingir que me dio un ataque y el taquillero no va a
saber qué hacer y tú te cuelas cuando yo dé el berrido. Estaré vigilando la
entrada y cuando te vea adentro me voy a curar milagrosamente. Eso es una
distracción. Eso es lo que siempre hago para meter a mis hermanos. La mamá de
Franky le dice eso tal vez es un pecado y es día de su Primera Comunión. Mikey
ese pecado corre por cuenta de él que no es tan buen católico. Soltó el berrido
y Franky se coló adentro del cine, se puso al lado de Preguntas Quigley. Y pudo
ver la película. La abuela consigue un inquilino, Bill Galvin, que para blanco
porque trabaja en una fábrica de cal. La mamá de Franky le dice a la abuela que
por seis peniques semanales, Franky le puede llevar el almuerzo a Bill Galvin.
Así que Franky le lleva la comida a Bill Galvin. La fiamebrera emana un olor
delicioso. Me comeré media papita piensa Franky. No se darán cuenta. Luego
dice, mejor la otra mitad. Luego dice, mejor el repollo y el tocino también la
mitad. Ahora no queda mucho, mejor me lo termino todo. Y decide que va a contar
que un perro le robó la comida y lo trató de morder. ¿Ah, de veras?, dice Bill Galvin,
¿y qué es ese trocito de repollo que cuelga de tu bozo? ¿Te lamió el perro con
un bocado de repollo? Le dice que regrese y cuente que se ha comido su almuerzo
y le traiga más comida porque él está con hambre, sino lo matará y lo meterá en
la cal. Su abuela le pega y le grita, luego, prepara sanguches de cerdo con
papas fritas y lo envía. Esta vez todo llega bien. Su mamá y la abuela acuerdan
que de castigo llevará dos semanas la fiambrera gratis. Y al regresar con la
fiambrera, rezará por haber pecado. A su papá y a su mamá les sacan todos los
dientes y tienen dentaduras postizas. Malachy se pone la dentadura superior de
su papá y no le sale de la boca. Le ponen aceite y logra arrojarla. Franky
tiene siete años y sus padres lo inscriben para que tome clases de danza
irlandesa en su colegio. Franky dice: Pregunto cómo voy a morir por Irlanda si
también tengo que bailar y canta por Irlanda. Pregunto por qué nunca me dicen:
Puedes comer dulces y falta a la escuela e ir a bañarte al río por Irlanda. Su
mamá le dice: No te hagas el vivo o te caliento las orejas. Le enseñan algunos
bailes. En la noche, sus padres le piden que baile y baila lo que le han enseñado.
Al siguiente sábado, su amigo Billy Campbell lo encuentra y le dice para qué va
a ir a aprender a bailar si los bailes son para maricas. Franky le da la razón
y se van al cine. En la noche, sus padres le piden que baile los nuevos bailes.
Franky inventa bailes y nombres de bailes. Su mamá dice que qué raro, nunca ha
escuchado de esos bailes. Al sábado siguiente va al cine con la plata del
baile, y se compra un caramelo duro que le saca un diente, se le llena la boca
de sangre. Regresa a su casa y le cuenta a sus padres. Su papá lo lleva a
confesarse con un sacerdote. Franky le cuenta al sacerdote que fue al cine. El
sacerdote se queja. Le dice que está bailando a las puertas del Infierno.
Franky luego tiene 9 años, casi diez. Su padre consigue empleo en la fábrica de
cemento pero lo pierde al poco tiempo por borracho. No regresó a trabajar en la
tarde por ir a tomar. En los Molinos Rank le pasó igual, solo trabajó tres
semanas y luego lo botaron. Franky aprende latín en el colegio. Sus padres lo
quieren poner de monaguillo, Franky le gustaría ser monaguillo, pero no lo
aceptan. Franky está en el cuarto grado de primaria. El primer día el profesor
de matemáticas escribe tres palabras en la pizarra: Euclides, geometría,
idiota. Esa parte de la pizarra nadie debe borrarla. Quedará todo el año. Amenaza
con cortar la mano del que la borre. Dice que el que no entiende los Teorema de
Euclides es un idiota. Brendan “Preguntas” Quigley pregunta: Señor, ¿Qué es un
teorema y qué es un Euclides? Le pregunta: ¿Cómo te llamas chico? Brendan
Quigley, señor, contesta. Este niño va a llegar lejos. ¿A dónde va a llegar,
niños? Lejos, señor. Dice el maestro: Sin Euclides, niños, las matemáticas
serían un pobre destartalo. Sin Euclides no podríamos ir de acá para allá. Sin
Euclides la bicicleta no tendría ruedas. Sin Euclides San José no hubiera sido
carpintero porque la carpintería es geometría, y la geometría es carpintería.
Sin Euclides hubiera sido imposible construir hasta esta misma escuela. Paddy
Clohessy murmura detrás de Franky: Que se joda Euclides. El profesor le dice:
usted niño, ¿cómo se llama? Clohessy, señor. ¿Qué le decía a McCourt? Le decía
que deberíamos ponernos de rodillas y darle gracias a Dios por Euclides. Luego,
el profesor le hace algunas preguntas más y dibuja dos líneas paralelas en la
pizarra. Explica que son dos líneas paralelas y no se tocan nunca, ni siquiera si
se prolongaran hasta el cuello de Dios. Escuchan al profesor los alumnos y se
preguntan qué tiene que ver eso con el mundo y los alemanes invadiéndolo todo. Al
salir de clases les pregunta otro profesor qué les ha enseñado ese profesor. Clohessy
le cuenta de la geometría y las líneas paralelas. Al día siguiente, los niños
encuentran peleando discutiendo a los profesores. El profesor del quinto grado
de primaria dice no les enseñe en cuarto geometría, eso le toca a él. Discuten
un rato, está el director presente. En clases, el profesor le pregunta Mulcahy
¿Quién estaba al pie de la cruz cuando cruxificaron a nuestro señor? Mulcahy no
sabe. Mulcahy, ¿cómo se dice imbécil en irlandés? Le pregunta el maestro. Omadhaun,
señor. ¿Y qué es usted, Mulcahy? Un omadhaun, señor. Fintan Slattery levanta la
mano y dice que él sí sabe. Para yendo a misa con su madre y quiere ser santo.
Si lo molestan o le pegan, dice que rezaré por ti. Contesta que estaban las
tres Marías. De premio, el profesor le regala la cáscara pelada de su manzana
que está comiendo. Fintan dice que quiere compartir su premio con tres amigos:
Quigley, Clohessy y McCourt. ¿Por qué Fintan? Son mis amigos señor. Los tres
dicen: Gracias Fintan, y reciben las cáscaras para comerlas. Un chico al salir
de clases le provoca pelea a Clohessy, Franky lo defiende y se pelean. Pero el
chico es mayor y los golpea. Le sangra la nariz a Franky. Fintan se acerca y
los invita a un sanguche en su casa. Van. Les invita un sanguche de queso y un
té a ambos. Al día siguiente, Paddy Clohessy le dice a Franky que Fintan los
invita a almorzar en su casa, no estará su mamá y tiene leche fresca. Aceptan y
van. Fintan les muestra un sanguche de jamón
con mostaza y se lo come delante de ellos. Luego, se toma un frasco de
leche. Luego dice: Ya es hora de regresar a la escuela. Paddy le dice: No nos
has invitado nada. Se van corriendo a la escuela y Fintan entra, pero Paddy le
dice a Franky: No puedo entrar. Si el profesor me pilla durmiendo me mata. Necesito
comer. Vamos a buscar algo. Y van a un árbol de manzanas de un huerto al que
entran. Se hartan de manzanas y se van. Franky va casa de Paddy y conoce a su
familia. Su padre de Paddy está con tuberculosis. Le pregunta a Franky por su
madre. Y la recuerda, de joven. Bailó con ella. Le pide le visite. Pasa la
noche allí Franky. Al día siguiente, la mamá de Franky va a buscarlo a casa de
Paddy. El papá de Paddy le habla y le hace recordar quién es él. Que bailaron
juntos, y ella recuerda. Conversan un poco, ella baila un poco y canta la
canción que bailaron. El papá de Paddy se alegra. Luego se va con Franky. Viene
luego la guerra mundial. Varios irlandeses sin trabajo consiguen trabajo en la
guerra. Envían tres o cinco libras esterlinas a su familia en Irlanda y la
familia tiene para poner luz eléctrica en sus casas. Las mujeres irlandesas
agradecen a Hitler por haber salvado a los irlandeses de la muerte y de la
pobreza. El papá de Franky también va a la guerra y no les envía dinero.
Averiguan luego que, en Inglaterra, su papá se emborracha en las cantinas y
allí gasta su dinero. La mamá de Franky recurre a la caridad para alimentos.
Toman mucho té y panes o bizcochuelos. Su mamá de Franky ha tenido un nuevo
hermanito, Aggie. Pasa el tiempo, su papá regresa cuando la mamá enferma. Luego
se va de nuevo a trabajar en Inglaterra en una fábrica. Les envía dinero muy
rara vez. Franky consigue empleo de repartidor de telegramas. Franky tiene el
sueño de ir a América. En Irlanda les pagan una libra esterlina semanal por
repartir telegramas. En Estados Unidos les pagan 25 dólares. Yo ya la terminé
pero no les puedo contar el final. Es una novela bien graciosa. Léanla.
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