miércoles, 24 de agosto de 2022

 

Las cenizas de Angela

He terminado de leer la magnífica novela titulada “Las cenizas de Angela” del escritor Frank McCourt, Premio Pulitzer, con más de 5 millones de ejemplares vendidos. La novela narra la niñez y juventud de Franky McCourt. En Estados Unidos, su padre, Malachy McCourt, irlandés de Irlanda del Norte que ha viajado a América, que ha sido metido preso por tres meses por robo a un camión, conoce a una chica bonita, Angela Sheehan, en una fiesta de una amiga de ella. Se miraron, se gustaron, y tuvieron sexo. Ella quedó embarazada. Ella tenía dos primas que eran mandonas y casadas con americanos. Ellas le hablan a Malachy y lo obligan a casarse con Angela. Con cuatro meses de embarazo, se casaron los dos. Luego, nació Frank. Un año después, nació un segundo hijo, Malachy. Su papá de Franky le cuenta el cuento de Cuchulain. De joven se llamaba Setanta, y vivía en Irlanda, en el condado de Antrim. Setanta tenía un palo y una bola, un día le pegó a la bola que se le metió a la boca a un gran perro que pertenecía a Culain y lo ahogó. Culain se enojó mucho y dijo: ¿Quién va a cuidar de mi casa, de mi esposa, y de mis diez hijitos, y de esa cantidad de cerdos, y gallinas y ovejas? Setanta dijo: Lo siento mucho. Yo cuidaré su casa con mi palo y su bola. Y cambiaré mi nombre por el de Cuchalain, el mastín de Culain. Así lo hizo y se volvió el gran héroe, el mastín de Ulster. Toda la novela es narrada en primera pesona por Frank. Luego, la mamá tiene dos hijos gemelos, Oliver y Eugene. Frank tiene cuatro años, Malachy, tres. El papá de Frank es alcohólico, le gusta venir borracho. Su papá consigue un trabajo. Las dos primeras semanas trae el dinero semanal a casa. La tercera semana se lo gasta en licor. El papá viene borracho y hace levantar a sus hijitos y les hace prometer morir por Irlanda. La cuarta semana de pago, Frank y su mamá van al trabajo a esperar salir a su papá, para que no pierda la plata en licor. Pero no lo encuentran. Viene de noche y borracho, sin nada de dinero. Al día siguiente pierde el trabajo. Luego de un tiempo, Angela da a luz a una hija, Margaret. El papá, le gusta cargar a su hijita bebe y cantarle canciones irlandesas. Un día salen de paseo Frank y Malachy con sus hermanos mellizos en el cochecito y éstos tienen hambre. Franky se roba unos plátanos de una tienda. No lo descubren. Alimenta a los mellizos, que se untan banano en la cabeza. El y Malachy también comen. Aparece de pronto un señor, es el dueño de la tienda. Lo ve a Franky y le pide que se acerque. Le dice: Tú eres el hermano de los niñitos, ¿cierto?. Sí, señor. Mira, tengo esta bolsa de frutas. Si no te la doy, la tengo que tirar, ¿entiendes?. Así, pues, toma la bolsa. Hay manzanas, naranjas, bananos. Sé que les gustan. Los mellizos hacen bulla. Se les oye desde el otro lado de la calle. Cállalos. Así que regresan a casa con la bolsa de frutas y se la dan a su mamá. Le dicen el dueño se las regaló. Su hermanita de Frank, muere. Mueren los mellizos también, primero Oliver, y luego Eugene, por frío y mala alimentación. La madre está embarazada de nuevo. Viajan en barco hacia Irlanda, donde tienen familia. Dejan Estados Unidos. Conocen a su abuela materna y a su tía Aggie, casada con Pa Keating, que trabaja paleando carbón en la fábrica de Gas de Limerick. La abuela les consigue un cuarto donde vivir, por diez chelines que los paga ella. Y les recomienda que pidan ropa, zapatos y demás cosas en la caridad de la Sociedad San Vicente de Paul o sea vivan de la ayuda pública. Les dan botas para los niños y alimentos. Luego, empiezan a ir al colegio los niños. La mamá tiene a Michael, el nuevo hermanito. Al padre por ser de Irlanda del Norte y ser borrachín no le dan trabajo. Sus hermanos mellizos habían muerto de neumonía en la noche. Sus padres no sabían. Se mudan de vivienda para que la mamá Angela no recuerde a sus hermanitos muertos. En el colegio, Frank hace amigos. En la Navidad, les dan en la caridad, una cabeza de cerdo y unas salchichas, y les desean Feliz Navidad. Los niños siempre buscan trozos de carbón tirados en la calle para quemarlos en su chimenea de su casa. En su colegio de Frank, hay un chico que siempre hace preguntas. Le llaman Preguntas Quigley. Le pregunta al maestro: ¿Qué son esbirros, señor? Y el maestro se molesta. Le pide no preguntar. Le dice que el día que lo haga, el Señor lo recibirá en su seno. Luego pregunta: ¿Qué vas a quere, Quigley? Que Dios me acoja en su seno, señor. Le hacen confesar a Franky. Este le dice al sacerdote que dijo una mentira, le pegó a su hermanito, sacó un penique del monedero de su madre, y dijo una palabra fea. También escuchó un cuento de Cuchulain y Emer. El sacerdote le dice que eso no es un pecado. Luego, Franky le dice que le contaron que Emer se casó con él ganando un concurso de meadas. ¿Quién te contó ese cuento? Mikey Molloy, padre. Le da de penitencia rezar tres avemarías, tres padrenuestros y una oración especial por él mismo, por el sacerdote. Luego, al día siguiente, Franky tiene su primera comunión. Todo marcha bien, y luego su mamá le dice puede ir al cine del barrio a ver una película, pero a Franky no le alcanza la plata. Se encuentra con su amigo, Mikey Molloy. Le cuenta. ¿No tienes dinero? Le pregunta. No importa. Yo te meto. Voy a crear una distracción. ¿Qué es una distracción? Yo tengo con que entrar y cuando entre voy a fingir que me dio un ataque y el taquillero no va a saber qué hacer y tú te cuelas cuando yo dé el berrido. Estaré vigilando la entrada y cuando te vea adentro me voy a curar milagrosamente. Eso es una distracción. Eso es lo que siempre hago para meter a mis hermanos. La mamá de Franky le dice eso tal vez es un pecado y es día de su Primera Comunión. Mikey ese pecado corre por cuenta de él que no es tan buen católico. Soltó el berrido y Franky se coló adentro del cine, se puso al lado de Preguntas Quigley. Y pudo ver la película. La abuela consigue un inquilino, Bill Galvin, que para blanco porque trabaja en una fábrica de cal. La mamá de Franky le dice a la abuela que por seis peniques semanales, Franky le puede llevar el almuerzo a Bill Galvin. Así que Franky le lleva la comida a Bill Galvin. La fiamebrera emana un olor delicioso. Me comeré media papita piensa Franky. No se darán cuenta. Luego dice, mejor la otra mitad. Luego dice, mejor el repollo y el tocino también la mitad. Ahora no queda mucho, mejor me lo termino todo. Y decide que va a contar que un perro le robó la comida y lo trató de morder. ¿Ah, de veras?, dice Bill Galvin, ¿y qué es ese trocito de repollo que cuelga de tu bozo? ¿Te lamió el perro con un bocado de repollo? Le dice que regrese y cuente que se ha comido su almuerzo y le traiga más comida porque él está con hambre, sino lo matará y lo meterá en la cal. Su abuela le pega y le grita, luego, prepara sanguches de cerdo con papas fritas y lo envía. Esta vez todo llega bien. Su mamá y la abuela acuerdan que de castigo llevará dos semanas la fiambrera gratis. Y al regresar con la fiambrera, rezará por haber pecado. A su papá y a su mamá les sacan todos los dientes y tienen dentaduras postizas. Malachy se pone la dentadura superior de su papá y no le sale de la boca. Le ponen aceite y logra arrojarla. Franky tiene siete años y sus padres lo inscriben para que tome clases de danza irlandesa en su colegio. Franky dice: Pregunto cómo voy a morir por Irlanda si también tengo que bailar y canta por Irlanda. Pregunto por qué nunca me dicen: Puedes comer dulces y falta a la escuela e ir a bañarte al río por Irlanda. Su mamá le dice: No te hagas el vivo o te caliento las orejas. Le enseñan algunos bailes. En la noche, sus padres le piden que baile y baila lo que le han enseñado. Al siguiente sábado, su amigo Billy Campbell lo encuentra y le dice para qué va a ir a aprender a bailar si los bailes son para maricas. Franky le da la razón y se van al cine. En la noche, sus padres le piden que baile los nuevos bailes. Franky inventa bailes y nombres de bailes. Su mamá dice que qué raro, nunca ha escuchado de esos bailes. Al sábado siguiente va al cine con la plata del baile, y se compra un caramelo duro que le saca un diente, se le llena la boca de sangre. Regresa a su casa y le cuenta a sus padres. Su papá lo lleva a confesarse con un sacerdote. Franky le cuenta al sacerdote que fue al cine. El sacerdote se queja. Le dice que está bailando a las puertas del Infierno. Franky luego tiene 9 años, casi diez. Su padre consigue empleo en la fábrica de cemento pero lo pierde al poco tiempo por borracho. No regresó a trabajar en la tarde por ir a tomar. En los Molinos Rank le pasó igual, solo trabajó tres semanas y luego lo botaron. Franky aprende latín en el colegio. Sus padres lo quieren poner de monaguillo, Franky le gustaría ser monaguillo, pero no lo aceptan. Franky está en el cuarto grado de primaria. El primer día el profesor de matemáticas escribe tres palabras en la pizarra: Euclides, geometría, idiota. Esa parte de la pizarra nadie debe borrarla. Quedará todo el año. Amenaza con cortar la mano del que la borre. Dice que el que no entiende los Teorema de Euclides es un idiota. Brendan “Preguntas” Quigley pregunta: Señor, ¿Qué es un teorema y qué es un Euclides? Le pregunta: ¿Cómo te llamas chico? Brendan Quigley, señor, contesta. Este niño va a llegar lejos. ¿A dónde va a llegar, niños? Lejos, señor. Dice el maestro: Sin Euclides, niños, las matemáticas serían un pobre destartalo. Sin Euclides no podríamos ir de acá para allá. Sin Euclides la bicicleta no tendría ruedas. Sin Euclides San José no hubiera sido carpintero porque la carpintería es geometría, y la geometría es carpintería. Sin Euclides hubiera sido imposible construir hasta esta misma escuela. Paddy Clohessy murmura detrás de Franky: Que se joda Euclides. El profesor le dice: usted niño, ¿cómo se llama? Clohessy, señor. ¿Qué le decía a McCourt? Le decía que deberíamos ponernos de rodillas y darle gracias a Dios por Euclides. Luego, el profesor le hace algunas preguntas más y dibuja dos líneas paralelas en la pizarra. Explica que son dos líneas paralelas y no se tocan nunca, ni siquiera si se prolongaran hasta el cuello de Dios. Escuchan al profesor los alumnos y se preguntan qué tiene que ver eso con el mundo y los alemanes invadiéndolo todo. Al salir de clases les pregunta otro profesor qué les ha enseñado ese profesor. Clohessy le cuenta de la geometría y las líneas paralelas. Al día siguiente, los niños encuentran peleando discutiendo a los profesores. El profesor del quinto grado de primaria dice no les enseñe en cuarto geometría, eso le toca a él. Discuten un rato, está el director presente. En clases, el profesor le pregunta Mulcahy ¿Quién estaba al pie de la cruz cuando cruxificaron a nuestro señor? Mulcahy no sabe. Mulcahy, ¿cómo se dice imbécil en irlandés? Le pregunta el maestro. Omadhaun, señor. ¿Y qué es usted, Mulcahy? Un omadhaun, señor. Fintan Slattery levanta la mano y dice que él sí sabe. Para yendo a misa con su madre y quiere ser santo. Si lo molestan o le pegan, dice que rezaré por ti. Contesta que estaban las tres Marías. De premio, el profesor le regala la cáscara pelada de su manzana que está comiendo. Fintan dice que quiere compartir su premio con tres amigos: Quigley, Clohessy y McCourt. ¿Por qué Fintan? Son mis amigos señor. Los tres dicen: Gracias Fintan, y reciben las cáscaras para comerlas. Un chico al salir de clases le provoca pelea a Clohessy, Franky lo defiende y se pelean. Pero el chico es mayor y los golpea. Le sangra la nariz a Franky. Fintan se acerca y los invita a un sanguche en su casa. Van. Les invita un sanguche de queso y un té a ambos. Al día siguiente, Paddy Clohessy le dice a Franky que Fintan los invita a almorzar en su casa, no estará su mamá y tiene leche fresca. Aceptan y van. Fintan les muestra un sanguche de jamón  con mostaza y se lo come delante de ellos. Luego, se toma un frasco de leche. Luego dice: Ya es hora de regresar a la escuela. Paddy le dice: No nos has invitado nada. Se van corriendo a la escuela y Fintan entra, pero Paddy le dice a Franky: No puedo entrar. Si el profesor me pilla durmiendo me mata. Necesito comer. Vamos a buscar algo. Y van a un árbol de manzanas de un huerto al que entran. Se hartan de manzanas y se van. Franky va casa de Paddy y conoce a su familia. Su padre de Paddy está con tuberculosis. Le pregunta a Franky por su madre. Y la recuerda, de joven. Bailó con ella. Le pide le visite. Pasa la noche allí Franky. Al día siguiente, la mamá de Franky va a buscarlo a casa de Paddy. El papá de Paddy le habla y le hace recordar quién es él. Que bailaron juntos, y ella recuerda. Conversan un poco, ella baila un poco y canta la canción que bailaron. El papá de Paddy se alegra. Luego se va con Franky. Viene luego la guerra mundial. Varios irlandeses sin trabajo consiguen trabajo en la guerra. Envían tres o cinco libras esterlinas a su familia en Irlanda y la familia tiene para poner luz eléctrica en sus casas. Las mujeres irlandesas agradecen a Hitler por haber salvado a los irlandeses de la muerte y de la pobreza. El papá de Franky también va a la guerra y no les envía dinero. Averiguan luego que, en Inglaterra, su papá se emborracha en las cantinas y allí gasta su dinero. La mamá de Franky recurre a la caridad para alimentos. Toman mucho té y panes o bizcochuelos. Su mamá de Franky ha tenido un nuevo hermanito, Aggie. Pasa el tiempo, su papá regresa cuando la mamá enferma. Luego se va de nuevo a trabajar en Inglaterra en una fábrica. Les envía dinero muy rara vez. Franky consigue empleo de repartidor de telegramas. Franky tiene el sueño de ir a América. En Irlanda les pagan una libra esterlina semanal por repartir telegramas. En Estados Unidos les pagan 25 dólares. Yo ya la terminé pero no les puedo contar el final. Es una novela bien graciosa. Léanla.




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