Por el camino de Swann
He terminado de leer una novela fascinante del escritor
Marcel Proust. El narra sus experiencias de niño y joven cuando vivía en
Combray, una región de Francia. La novela se titula “Por el camino de Swann” y
es parte del grupo de 7 novelas que publicó con el nombre de “En busca del
tiempo perdido”. La historia comienza cuando el personaje que narra, cuenta
recuerdos de su infancia en Combray. Recuerda que él estaba acostumbrado a
despedirse de su madre con un beso en las noches. Recuerda una noche que los
visitaba el Sr. Swann, amigo de su
abuelo, sus padres iban a tomar el té con él. El personaje quiere despedirse de
su madre con un beso. Cuando se iba a despedir con un beso, tocaron el timbre.
Su padre lo envió a dormir. Su padre y su madre participan de una cena con el
Sr. Swann. El personaje se queda esperando a su madre para despedirse con un beso. Terminada la cena, el Sr. Swann
se retiró. Su padre le dijo a su madre: “Bueno, pues si tú quieres subiremos a
acostarnos”. Su madre dijo: “Veo luz en la cocina, y ya que Francisca está
levantada esperándome, voy a decirle que me desabroche el corsé mientras que tú
te desnudas”. El personaje fue corriendo a dar un beso a su madre. Ella se
molestó. Entró su padre. Dijo: “Ya que hay dos camas en su cuarto, di a
Francisca que te prepare la grande, y por esta noche duerme en su alcoba.
Vamos, buenas noches. Yo que no tengo tantos nervios como vosotros voy a
acostarme”. Su mamá le leyó algunos libros de Francois le Champi. Esos son sus
recuerdos de niñez en Combray. Luego, el personaje recuerda mas adelante la
iglesia con su campanario, a su tía prima de su abuelo. Recuerda a Francisca,
la sirvienta de su tía. Tenían un amigo
ingeniero, Legrandin. El personaje recuerda que en París lo mandaban a visitar
a su tío Adolfo. En su colegio le gustaba hablar con sus amigos de las obras de
teatro. Un día fue a visitar a su tío Adolfo a una hora desacostumbrada. Estaba
el tío Adolfo en compañía de una joven muy bonita. Ella le encontró parecido
con su madre al personaje. Más tarde su padre y su abuelo del personaje le
llamarían la atención al tío Adolfo por frecuentar dichas amistades. El
personaje pasaba las tardes de domingo bajo el castaño del jardín de Combray.
Allí se dedicaba a leer. Su abuela le obligaba a salir de casa. Un domingo el
personaje leía en el jardín cuando lo interrumpió Swann, que venía a visitar a
sus padres. “¿Qué está usted leyendo?” ¡Ah, Bergotte! ¿Quién le ha recomendado
a usted sus obras?”. El personaje le dijo que Bloch. Mientras el personaje leía
en las tardes, su tía Leoncia charlaba con Francisca. Ella soñaba a veces con
su difunto esposo Octavio. Salían de paseo a veces con su abuelo, sus padres y
su tía Leoncia. Se encontraban con el ingeniero Legrandin, amigo de su familia.
Alrededor de Combray había dos lados para salir de paseo: el lado de Mességlise
la Vineuse, que llamábamos el camino de Swann, porque yendo por allí se pasaba
por delante de la posesión del Sr. Swann, y el lado de Guermantes. El personaje
con su familia solían salir de paseo por el lado de Swann, que era el más corto
por los alrededores de Combray. Solía llover a menudo por ese camino también.
Su tía Leoncia falleció. Luchó 15 días con su enfermedad y Francisca la cuidó. El
Sr. Vinteuil murió, quedó su hija. Una amiga la visitó. El personaje estaba
mirando por la ventana y escuchaba desde la calle. La amiga le propuso escupir
en el retrato de su padre, que había sido un hombre bueno. La señorita Ventiuil
cerró la ventana de madera y el personaje no pudo ver ni escuchar más. En
Combray, había un grupo, un clan, de los Verdurin, se llamaban. La mujer del
doctor tenía una amiga, la señora de Crécy, a la que llamaba Odette y la
consideraba un encanto. También estaba la tía del pianista. Los Verdurin no
daban comidas: siempre había en su casa cubierto puesto. No se hacían programas
para después de cenar. El pianista tocaba todo lo que querían. Odette pidió
permiso para incorporar al grupo a un tal señor Swann. El día que Swann hizo su
presentación estaban invitados a cenar el doctor Cottard y su señora, el
pianista joven y su tía, y el pintor por entonces favorito de los Verdurin;
después de la cena acudieron otros fieles. Le presentaron a Swann a los demás
invitados de la familia Verdurin. Luego de lo cual el pianista interpretó
hermosas melodías. A Swann le dijeron que se había interpretado el Andante de
la sonata para piano y violín de Vinteuil. Este Vinteuil había sido compositor
de piano, entre otros oficios, pero había muerto. Odette y Swann viven un
romance y el pianista les interpreta en varias veladas la canción de Vinteuil,
que se vuelve como el himno nacional de sus amores. Swann visitó dos veces la
casa de Odette. La primera, ella le invitó té con leche. Le dijo que sabía todos
sus gustos. La segunda visita, Swann le comentó a Odette que él buscaba en
cuadros famosos parecidos con la gente que conocía en su entorno. Swann y
Odette iban siempre a los conciertos de piano en casa de los Verdurin. Una
noche Odette fue pero Swann no venía. Se retiró Odette. Swann tuvo un percance
y llegó tarde. La buscó luego en varios
sitios y la encontró. Ella llevaba flores de Catleya en su vestido. Esa noche
ella se le entregó. A partir de allí, todas las noches la llevaba a su casa.
Mantenían un romance apasionado. Los Verdurin los invitaban a ir al campo con
ellos. A Swann le gustaba comprarle flores y joyas a Odette y enviárselos. El
mes próximo pensaba mandar a Odette 6000 o 7000 francos en vez de los 5000
francos que siempre le enviaba, por la sorpresa y la alegría que con eso iba a
darle. Una noche Swann visitó a Odette 11:00 pm. Ella le dijo solo podía
quedarse media hora en su casa. Estaba cansada. Luego de la media hora, él le
preguntó: ¿Nada de catleya?, ella le dijo que no. Entonces se retiró. Cuando
llegó a su casa pensó si no sería un truco de Odette para encontrarse con otro.
Regresó a casa de Odette y vio algo de luz por los costados de su ventana. Tocó
la ventana y escuchó ruido dentro. Luego
una voz de hombre preguntó: ¿Quién es? Swann dijo que estaba de pasada.
Abrieron la ventana y habían dos hombres. Swann se dio cuenta se había
equivocado de ventana, había tocado la del costado. Desde aquel día tenía celos
Swann de Odette. Los Verdurin dejaron de invitarlo a sus paseos a Swann. Decían
era grosero. Odette le avisó los Verdurin la llevarían a dar un paseo a
Pierrefonds. Swann tenía allí un amigo, el marqués de Forestalle. Le dijo que
quería visitarlo. El mismo día del paseo de Odette con los Verdurin a
Pierrefonds, Swann fue a visitar a su amigo el marqués. No la encontró. Ella
había ido a París. Cuando conversaban Swann y Odette, si ella mencionaba un
nombre de hombre, Swann sospechaba que debía ser un amante. Una vez anduvo en tratos con la policía tras la pista
de un desconocido, que resultó ser un tio de Odette que hacía más de veinte
años había muerto. Odette no quería salir en público con Swann porque la gente
diría son amantes. Iban por su cuenta al mismo lugar, museos, sitios públicos,
y se encontraban y conversaban. Swann
recibe un papel anónimo que le dice Odette ha sido amante de varios hombres,
también de mujeres. Swann trata de adivinar quién le habrá enviado ese papel. Y
siente celos. A los pocos días le hace preguntas a ella, pero no logra
enterarse gran cosa. La esposa del doctor Cottard lo encuentra a Swann en la
calle y le dice Odette siempre habla bien de él, lo quiere completamente. Swann
piensa si en verdad quiere a Odette.
El protagonista recuerda las habitaciones en Combray del
Gran Hotel de la Playa de Balbec. Recuerda que quería viajar a Venecia pero el
médico le dijo tenía catarro a la garganta y fiebre. Por ningún motivo viajara
a Venecia. Entonces su mamá le decía podía visitar los días de sol los Campos
Elíseos. Allí conoce a Gilberta, la hija del Sr. Swann, una hermosa chica.
Juegan con ella. Un día el personaje le pide venga al día siguiente para hablar
de un tema. Pero ella le dijo que tenía ocupados todos los días, y luego venía
Navidad. Ya lo vería el otro año. Al protagonista le gustaba Gilberta. Gilberta
era la hija de Swann con Odette. Ahora Odette era la mujer de un socio del
Jockey Club, de un amigo del príncipe de Gales. No les puedo contar más. Es una
bonita historia. Les va a gustar. Se pueden comprar la colección completa los 7
tomos, o una por una. Marcel Proust es buen escritor. Les gustará su estilo.
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