miércoles, 19 de julio de 2023

El enigma de la habitación 622

He terminado de leer la magnífica novela titulada “El enigma de la habitación 622”, del escritor Joël Dicker. La novela empieza narrando que el autor del libro va a los Alpes Suizos a tomarse unas vacaciones, es escritor y conoce una señorita Scarlett que le cuenta hay un misterio sobre una habitación 621 bis que le han dado. En ese hotel no hay habitación 622, solo 621 y 621 bis. Y luego sigue la habitación 623 y las demás. Van a interrogar al portero que les explica que, cuando se construyó el hotel, por error se pusieron dos placas 621, luego, para no gastar más plata en mandar hacer una placa 622, se le añadió bis a la placa 621 de una de ellas. Pero luego se enteran que hubo un muerto en la habitación 622, por eso le quitaron su placa, para no espantar a los huéspedes del hotel. Entonces Scarlett le propone al escritor investigar ellos mismos toda la historia que pasó detrás de aquel asesinato. Se enteran porque van al periódico local y buscan varios ejemplares de diarios de los últimos años y encuentran uno que dice Asesinato en el Palace, que era su hotel. La historia es que había un Banco Ebezner, donde lo dirigía Abel Ebezner, pero ya estaba delicado de salud y había dicho que no dejaría su banco para su hijo, sino que la junta directiva eligiera a quien considerase más capaz de los posibles candidatos. Macaire Ebezner era su único hijo y la tradición familiar era que cada hijo heredaba el hotel de su padre como nuevo presidente. Pero esta vez Abel Ebezner cambiaba todo. Había otro ejecutivo del banco llamado Lev Levovitch, que antes había trabajado en un hotel de los Alpes Suizos como mozo, pero conoció a un señor Tarnogol, que le vio potencial para ser alguien importante, porque Lev había aprendido varios idiomas de los clientes del hotel que se hacían sus amigos, y el gerente del hotel le había enseñado temas gerenciales. Lev tenía a su padre vivo, su madre había muerto hacía varios años. Se fue a Ginebra, a trabajar en el Banco Ebezner, como empleado más del banco, pero ascendió rápido porque el señor Tarnogol lo recomendó para buenos puestos. Había una señora Olga, rusa, que había ido a Ginebra a vivir con sus dos hijas, muy bonitas ambas. Anastasia era la más bonita. La quería casar con alguien importante. Anastasia conoce a Lev y se enamoran. Pero pasan varias cosas y la engañan a Anastasia con una carta falsa donde Lev le dice se casará con otra, era una carta falsa. Y ella había hecho amistad con Macaire que se había enamorado de ella. Así que se casa con Macaire. Pero luego lo encuentra a Lev y descubre la mentira. Se vuelven amantes. Abel Ebezner muere y los candidatos para el puesto de presidente se anunciarán en una semana. Los posibles candidatos son Macaire Ebezner, Lev Levovitch, Jean Benné primo de Macaire, y otro empleado del hotel, los que había elegido la junta directiva como candidatos. Esa semana, Lev y Anastasia piensan fugarse juntos a la otra casa de Lev en los Alpes Suizos. Pero se descubren varios secretos esa semana y el día previo al anuncio del nuevo presidente, muere asesinado en la madrugada, Jean Benné. Y Macaire queda como único presidente del banco, porque Lev le dice no piensa aceptar, se va a Suiza. Deja Grecia, donde quedaba el Banco Ebezner. En la novela pasan miles de cosas, y van del pasado al presente, a cada rato. Pero Macaire se siente triste sin Anastasia, que era bellísima. Quiere quedarse de nuevo con ella. Averigua donde queda la casa de Lev en Ginebra y lo hace espiar para descubrir si vive con Anastasia y descubre que viven juntos, porque tenían piscina y los veían desde una montaña. Pero Macaire se enamora de otra mujer. Y cambia todo. Durante toda la novela queda el misterio que todos buscan, averiguar quien mató a Jean Benné y las razones. El escritor y Scarlett ponen como sospechosos a Anastasia, a Macaire y a Lev. Luego, aparecen más sospechosos, pero nadie logra averiguar. Hasta que alguien les cuenta al escritor y a Scarlett quién fue. Lean la novela, nadie se imagina quién fue el asesino. Ni ustedes se imaginan, porque es alguien que no conocía a Jean Benné. 



 

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